Lo que, en manos del gobierno suponía poner fin no sólo a una conferencia, sino a un capítulo más dentro de la pesadilla llamada Ayotzinapa, terminó por convertirse en una catársis para millones de mexicanos que hundidos en el dolor y la impotencia de los hechos vividos en los últimos años, han adoptado la frase de Murillo Karam como bandera de protesta que rápidamente se ha colocado como la segunda tendencia mundial en Twitter.
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